Vitalidad y atención
Una de las mayores diferencias entre la medicina académica y la filosofía de la medicina natural radica no solo en la regeneración de forma cuidadosa, sino también en las instrucciones para la prevención.
Ambos conceptos tienen sus ventajas, pero persiguen objetivos distintos.
El objetivo de la medicina natural no es tanto la «reparación», como la activación de la capacidad de autocuración del cuerpo. Aunque nuestros métodos de tratamiento suelan implicar una rápida mejoría, es tan necesaria la competencia de quien aplica el tratamiento como la colaboración del paciente para alcanzar un bienestar estable.
Es el primer paso para lograr una eficiencia y una calidad de vida agradable a largo plazo.
Nuestros pacientes aprenden a valorar de nuevo su vitalidad recuperada y se les forma para observar con atención -siempre que sea posible o necesario- la calidad de sus condiciones de vida.
Esto incluye ante todo, además de una atención reforzada al trato hacia uno mismo y hacia los demás, la alimentación, la movilidad y el sueño. Por lo tanto, no se trata de un deporte de competición, sino de un equilibrio adecuado a las posibles cargas unilaterales en el trabajo o en el día a día.